El santo Evangelio de hoy podemos entenderlo de dos maneras: primero, que el Señor es el Buen Pastor, y, segundo, que nosotros debemos tratar de ser pastores como el Buen Pastor.
El único verdadero y buen pastor es el Señor Jesucristo. No hay Mahoma ni Buda ni Moisés que salve, sino que los musulmanes, los budistas, los judíos y todos los hombres que buscan con sinceridad de corazón la verdad se salvarán por medio del único Salvador. Es Jesucristo el único Pastor, porque no hay doctrina humana que pueda dar sentido a la vida. Sólo el Amor a todos con la esperanza de un cielo es lo que da sentido a la vida. Los castigos entre nosotros nos condenan, la venganza nos hace daño; el Amor libera y salva.
Sin embargo, el Señor no hace el trabajo Él solo, sino que se hace ayudar de otros pastorcitos que, unidos a Él, guían a su Pueblo. Todos los que hemos recibido el encargo de guiar una comunidad, ministerio, pastoral, grupos, etc. tenemos una responsabilidad grande. Debemos hacer el esfuerzo de que nuestras ovejas escuchen en nuestra voz la Voz del Buen Pastor. Por eso, debemos siempre orar, y mantenernos cerca de la Gracia de Dios.
Ora por tus dirigentes. Ayuda a quienes Dios ha elegido para gobernarnos.